

La llegada de un cachorro en casa
La llegada del nuevo cachorro a casa es un momento delicado en el que lo más importante es crear un ambiente de confianza y cariño. El perro se sentirá confuso y un poco abrumado ante tantas novedades e inevitablemente añorará a su madre y hermanos así como el entorno conocido y lleno de seguridad que ha dejado atrás.
Por esta razón es fundamental que le permitas explorar a sus anchas el espacio en el que va a vivir, le muestres su cama y le proporciones un trozo de sábana, tela o algún objeto que conserve el olor de su madre. Durante las primeras noches el cachorro puede mostrarse intranquilo, le resultará difícil dormir e incluso gemirá cuando se quede solo. Para reconfortarle, colocaremos una botella de agua tibia en su cama así como un reloj de cuerda cuyo sonido le recordará a los latidos del corazón de su madre.
También es importante elegir lo antes posible un nombre adecuado para el cachorro y repetirlo con frecuencia al dirigirnos a él. Debes evitar confundirle con diminutivos o nombres diferentes, ya que en esta etapa aprenderá a responder.
No debes prestar menos atención a otras mascotas de la casa durante este periodo de adaptación, ya que los otros animales pueden sentir celos del recién llegado. Las presentaciones deben hacerse gradualmente, en terreno neutral y bajo tu constante supervisión evitando dejar solo al cachorro con un gato o perro mayores. Asimismo debes alimentarles por separado hasta que se hayan hecho amigos.
Lo más importante es mostrarte amable, cariñoso y comprensivo incluso si el cachorro en su confusión inicial hace alguna travesura pues de lo contrario podría aprender a temerte. Esta etapa de bienvenida deberá ser un periodo agradable, en la que tu y tu cachorro os conoceráis mutuamente y aprenderáis a confiar uno en el otro sentando las bases de una feliz vida en común.

Examen veterinario y desparasitación
Algunos problemas de salud pueden dificultar o incluso impedir que tengas éxito al educar a tu perro en las necesidades higiénicas.
Asegúrate que tu cachorro no tenga enfermedades directamente relacionadas con la defecación o la micción. Enfermedades como la cistitis, infecciones urinarias o diarrea pueden impedir la educación higiénica de tu perro. Además, algunos parásitos internos (gusanos) pueden provocar defecación irregular.
Por tanto, antes que nada lleva a tu perro al veterinario para que le haga una revisión completa. Coméntale al veterinario que quieres saber si tu perro tiene alguna enfermedad que pueda afectar la educación higiénica

Identifica las áreas en que tu perro puede hacer sus necesidades
Es bueno que tengas claro dónde permitirás que tu perro haga sus necesidades y dónde no. Identifica esas áreas y no permitas que tu perro esté en las "zonas no permitidas" sin supervisión.
Si tu cachorro todavía no puede salir a la calle porque no tiene completas las vacunas, tendrás que cubrir el suelo del cuarto a prueba de cachorros con papel periódico para que ésa sea una "zona permitida".
Es importante que las "zonas permitidas" tengan una superficie diferente que la de las "zonas no permitidas". Por ejemplo, la lavandería tiene un piso de azulejo ("zona permitida"), mientras que los cuartos tienen parquet y alfombras ("zonas no permitidas")

Horario de comidas
Si tu perro come a cualquier hora, también hará sus necesidades a cualquier hora. Por eso es importante que tenga un horario fijo de comidas.
Cuando le des la comida a tu perro, déjasela en el plato por media hora aproximadamente. Después de ese tiempo, retira el plato.
Como norma general, un cachorro tiene que comer entre cuatro y cinco veces por día, mientras que un perro adulto tiene que comer dos veces al día. Sin embargo, es una buena idea que consultes con el veterinario para que te ayude a establecer la cantidad y el número de comidas diarias para tu perro.
Ten en cuenta que la comida para perros que viene en lata es húmeda y puede aflojar el estómago de tu cachorro

Consigue un neutralizante de olores
Sin importar qué métodos uses para educar a tu cachorro, en algún momento tendrás que limpiar algún lugar de tu casa. Así que mejor consigue un producto que neutralice el olor de la orina. Puedes encontrar muchos productos para esto en las tiendas para mascotas.
Asegúrate que el producto que compras no tenga amoníaco porque no te servirá.